Puig contra el infame sanchismo.
Ximo Puig es un tipo listo. Sabe que el sanchismo tiene las horas contadas, que Podemos está en caída libre y terminará estrellándose y que Compromís, como buen verso libre, siempre virará el timón de su velero hacia la corriente que más le convenga. No puede contar con ninguno de los tres para renovar su mandato.
A nivel nacional se ha desatado una guerra cultural de lo más interesante. Por primera vez en mucho tiempo no se discute sobre bobadas ni soplapolleces. En esta ocasión, entre la derecha y la izquierda, se ha desatado una batalla ideológica en toda regla. Así, ante la crisis internacional que vivimos… ¿Se deben subir aún más los impuestos, hay que dejarlos como están o resulta imperativo bajarlos?
El sanchismo más idiota ha hecho suyos los postulados del neocomunismo. Considera imprescindible subir los impuestos, alejando más si cabe a buena parte de su electorado centrista. Por su parte, Núñez Feijoo, a la cabeza de un movimiento pepero aún por definir, no se cansa de gritar a los cuatro vientos que si alcanza el poder los bajará.
Ante este panorama, ¿qué hace Ximo Puig? Pues anunciar bajadas no demasiado relevantes, pero bajadas al fin y al cabo, de los tramos impositivos autonómicos. Ha sido el más listo de la clase (una vez más) y ha vendido esta decisión como un acto progresista, cosa que por otro lado es totalmente cierta, poniendo al descubierto las vergüenzas de un desgobierno central que no acierta ni una.
Puig le ha dado al maledicente sanchismo una extraordinaria patada en salva sea la parte. Y yo que lo celebro, oigan. La infamia sanchista será recordada durante muchos años, y quien no se posicione contra ella quedará largamente retratado.