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Se escriben solos - Punto de vista Pablo Sebastiá
 

Se escriben solos

Estos artículos, queridos lectores, se siguen escribiendo solos. Ya lo dije hace unas semanas. Y lo vuelvo a decir hoy. Yo lo intento. De verdad que lo intento. Quiero hablarles de la crisis de Ucrania, del coste del gas, de los asuntos geopolíticos que marcan la actualidad. Pero la cruda y estúpida realidad se impone.

Empiezo a buscar novedades informativas sobre los deseos de Vladimir Putin, Joe Biden y Pedro Sánchez (ya saben, los tres líderes más pintones de la crisis ucraniana) y me doy de bruces con que la Consellería de Sanidad valenciana, la que dirige Ana Barceló, la mejor gestionada que ha habido, hay y habrá jamás, no se atrevan a dudarlo, pretende que los sanitarios públicos devuelvan parte de la paga extra de peligrosidad que recibieron cuando aquello tan lejano de la crisis del Covid. ¡Hay que joderse!

Empecemos recordando que aquella paga extra ni fue una paga ni fue extraordinaria. Fue una limosna. La Consellería pagó unas decenas de euros de más a algunos sanitarios que se habían jugado la vida, protegidos con bolsas de basura, gafas del chino y guantes para fregar, en los momentos más jodidos de la pandemia. Cabe remarcar que no todos los sanitarios recibieron esta dádiva. Poco dinero y encima repartido con tacañería. Una vergüenza, adornada, eso sí, de soflamas publicitarias deleznables, propias de un régimen totalitario sudamericano.

El caso es que, pasado el tiempo, la Consellería pretende que los sanitarios que fueron agraciados con su caridad, hagan un esfuerzo, un esfuercito más, y le devuelvan parte del óbolo. A fin de cuentas, es de bien nacido ser agradecido, dicen, o creen, o piensan.

Se ríen de nosotros en nuestra cara. Nos escupen y dicen que llueve.

 

Se escriben solos.